Dos intensas jornadas de talleres dictados por Beatriz Rahmer Pavéz, profesional investigadora de la Universidad de Chile, quien expuso sobre el contexto nacional de educación superior, modelos exitosos de acompañamiento y los desafíos de la inclusión, entre otros aspectos.

Durante el martes 22 y miércoles 23 de noviembre se realizó esta Capacitación dirigida al equipo de trabajo del Complejo Tecnológico de Aprendizaje PACE UDA, articulada por la Directora del CTA,  y Coordinadora Ejecutiva del Programa de Acceso a la Educación Superior de la Universidad de Atacama, Viviana Tesmer Orellana, esto dentro del marco de proyecto ATA 21991, con el objetivo de reflexionar acerca del contexto nacional de educación, sobre algunos modelos de acompañamiento estudiantil para conocer los distintos paradigmas para su abordaje y revisar las acciones desarrolladas desde ese punto de vista.

La primera pregunta que se formuló fue, ¿Cómo son los estudiantes de la UDA? esto para empatizar y contextualizar la realidad interna del estudiantado y entregar la hoja de ruta hacia el análisis en base a las características para realizar acompañamiento estudiantil de alto impacto, conocer las experiencias, acciones, modelos y buenas prácticas desarrolladas por otras universidades, para tener una batería de servicios hacia los y las estudiantes.

La exposición también aportó datos y distintas realidades con países de Sudamérica, como que en Chile, el 89% ingresa a algún tipo de educación terciaria. Se hizo un paralelo con Argentina, cuya educación es ilimitada, con acceso irrestricto y gratuidad en todo el sistema público. Chile en cambio, posee expansión limitada, a través de un acceso competitivo y su gratuidad está sujeta a la vulnerabilidad. Luego se hizo mención a los conjuntos de competencias para ejercer la etapa universitaria, donde la UNESCO determinó que, la capacidad, esfuerzo, perseverancia y determinación, son las claves para tener mayores opciones de éxito, donde la inclusión aparece como restitución de derechos.

La actividad, tuvo ronda de reflexiones y comentarios, dinámicas de trabajo en talleres grupales e individuales. Espacio donde se discutió sobre qué aspectos favorecen la permanencia del estudiante, qué detiene o enlentece la progresión, o cuáles son los problemas que pueden surgir en el proceso de egreso  hasta la graduación.

Los factores globales de riesgo de deserción en universidades  y sus niveles de abordaje, se analizaron desde los factores individuales, como el aula, lo curricular, institucional y la política pública. En el aspecto individual se hizo alcance a estudiantes en desventaja, ya sea, económica, de traslados, alimentación adecuada, recursos para materiales o fotocopias, de red de apoyo, etc. Se planteó el concepto de “aula expulsora”, donde prevalece la ausencia de feed back, salas de clases muy numerosas, entre otros puntos. Acerca del plano curricular, se definió como inflexible, donde puede haber una carga excesiva, junto a desconexión con el perfil de ingreso versus las competencias de entrada, nula articulación con contenidos de educación secundaria. En lo institucional un factor de riesgo se puede dar si dicha universidad presenta baja identidad institucional, o simplemente con una institución indiferente.

Por este y diversos motivos, es que se hace imprescindible un acompañamiento integral estudiantil, de inserción temprana a la vida universitaria, para que el estudiante se adapte a la institución, o si su paradigma lo permite, también la universidad se va adaptando al estudiante, por medio de cambios curriculares, diagnósticos, adaptación pedagógica, o el desarrollo de infraestructura. Un paradigma, sería, que la deserción va conectada a los alumnos y sus carencias, la retención a su institución y su adaptabilidad, y la permanencia ligada a la progresión bidireccional de mutua adaptabilidad. Lo fundamental es, perseverar en los estudios, permanecer en las instituciones y titularse de forma oportuna. Para que esto sea posible, la institución asume la realidad de sus estudiantes, propicia el desarrollo de talentos académicos, con diversificación y flexibilidad formativa, sabiendo que los servicios entregados son netamente formativos, a veces asistencialistas  y hasta en ocasiones, paternalistas.

“La capacitación brindada por Beatriz Rahmer, nos permitió conocer diferentes  modelos de apoyo de acompañamiento estudiantil, junto a diferentes  paradigmas asociados. También pudimos contextualizar la labor realizada por CTA  desde una perspectiva generalizada, constatando que el accionar en temas de apoyo realizado por CTA-PACE, es totalmente pertinente y de calidad. Esta actividad, además, nos permitió rescatar otras prácticas en términos de acompañamiento estudiantil,  pensando mejorar nuestros procesos e incluir posibles nuevas acciones con miras y fines de mejora continua, en marco del Sistema de Gestión ISO 9001:2015 implementado. Finalmente la jornada se desarrolló en un ambiente ameno, de compromiso  y de colaboración entre todos los profesionales del equipo de trabajo CTA-PACE  en cada taller realizado por la profesional”, señaló Blanca Barrera, de Apoyo a Gestión y Encargada de Calidad del Complejo Tecnológico de Aprendizaje de la UDA.

Por último, Beatriz Rahmer, destacó que, “otra de las claves para el éxito académico, es que los procesos de inducción que se realiza a los estudiantes, contengan contenidos e información de calidad, de utilidad, y se generen compromisos y adhesión. Mientras antes se haga, mejor, que exista un trato directo en procesos de matrícula, que se generen actividades de integración, para que los diferentes actores interactúen, y que una vez ya ingresado a clases, cuenten con una batería de servicios, obviamente voluntario, referente a contenidos, nivelaciones, con talleres sistemáticos, pero también con talleres emergentes, es decir, cursos extraordinarios de atención  y que respondan, dado el caso,  a una necesidad urgente”.

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